Los Betta incubadores bucales
El combatiente (Betta splendens) es sin duda el rey acuarístico de todos los Betta. Es el más conocido a nivel mundial y el que más pasiones despierta tanto en occidente como en oriente, existiendo gran variedad de formas y colores disponibles para todo tipo de aficionados. Existe, sin embargo, un más que apreciable grupo de parientes del combatiente que hasta ahora han quedado relegados no ya a un segundo plano, sino que son casi invisibles para los aficionados del sector acuariófilo de hoy en día. Se trata de unos Belóntidos, también del género Betta, que tienen la particularidad de incubar bucalmente los huevos y larvas en lugar de mantenerlas en nidos de burbujas.
Curiosamente, una gran parte de las especies del género Betta son de hecho incubadores bucales, a pesar de la idea preconcebida que de los Betta podíamos tener. Este sistema reproductivo se cree que ha evolucionado del más primitivo arte de construcción de nidos. Los nidos flotantes hechos con restos de plantas y burbujas funcionan bien en aguas estancadas, incluso es ventajoso desde el punto de vista adaptativo, manteniendo los huevos y las crías juntos, a salvo, húmedas y al mismo tiempo mantenidas cerca de la superficie del agua, donde se encuentra la mayor concentración de oxígeno de la columna. Sin embargo, cuando un pez habita en un hábitat con corriente, es difícil que pueda mantener ahí un nido. Se cree que el inicio de la incubación bucal apareció con el cambio de un hábitat léntico a uno lótico y que el macho, debido a la manipulación de los huevos durante el mantenimiento del nido sólo tuvo que hacer un paso más para acabar incubándolos hasta el final en su boca. Las ventajas de la incubación bucal resultaron evidentes: el macho y las crías pueden desplazarse si tienen necesidad de ello (para ponerse a salvo o buscando mejores condiciones) mientras que los nidos y la descendencia en éstos no pueden ser desplazados. Además, las crías de este nuevo modo reproductivo tienen mayor posibilidad de alcanzar un estadio en el que ya pueden independizarse y arreglárselas por si solas.
Mantenimiento
El mantenimiento en acuario de estos peces puede resumirse en unas cuantas generalidades que expondremos a continuación. Hay que tener en cuenta, de todos modos, que estas especies no llevan mucho tiempo criándose y siempre por una minoría de especialistas, habiendo pocos datos literarios contrastables, por lo que es importante atenerse a la propia experiencia que se vaya adquiriendo con el mantenimiento de estos peces. En último término, además, elaboraremos unas fichas para las especies que hemos podido mantener, para conseguir una mayor concreción y tener mejores datos para el mantenimiento específico de algunos de estos Betta.
Como regla general, al igual que con cualquier otro pez que se quiera mantener, cuanto mayor sea el acuario, mejor. La ventaja con estos peces es que el acuario de mantenimiento puede ser al mismo tiempo el acuario de reproducción. Lo más importante de todo es que el acuario esté bien cubierto, sin aperturas, por pequeñas que éstas sean. Estos Betta son unos especialistas en encontrar cualquier salida aérea del acuario y tarde o temprano nos los acabaríamos encontrando en el piso del hogar. Las condiciones químicas del agua no son en absoluto lo más importante a tener en cuenta con estos animales independientemente de si se trata de peces de captura o criados. Pero lo que si resulta importante es acondicionarlos poco a poco cuando se introducen en el nuevo acuario. Por lo demás, es importante realizar frecuentes cambios de agua para evitar que los compuestos nitrogenados se acumulen en demasía y evitar las oscilaciones de pH y dureza constantes, que sí pueden llegar a estresar a los peces.
En cuanto al equipamiento, el acuario debería disponer de algún tipo de sistema de filtración que proporcione suave corriente de agua (nunca torrencial). Deberá añadirse un substrato oscuro, de grava natural, para evitar que reciban reflejos del fondo del acuario. Su grosor dependerá de la voluntad o no de añadir plantas sésiles. En caso de introducir plantas en el acuario, éstas deberían situarse en las zonas marginales. Las especies idóneas pueden ser las de los géneros Vallisneria y Sagittaria. Más indispensables que las plantas sésiles son las plantas flotantes, del género Ceratopterys o Limnobium, siempre evitando que colapsen la superficie del agua. Para completar la decoración basa con un par de grandes rocas y una raiz de buen tamaño, así como tantas macetas como hembras más una tenga el acuario. La iluminación debe ser medianamente intensa, la suficiente para que no se nos mueran las plantas. En principio, el acuario no necesita de un sistema de calefacción propio, siempre que la temperatura ambiental del cubículo sea suficientemente confortable para los humanos. Hay que tener en cuenta que estas especies acostumbran a habitar zonas más frías que las de sus parientes los nidificantes. En verano, la época más crítica, deberá añadirse un sistema de aireación supletorio y realizar cambios de agua más frecuentemente.
Alimentación
Estos Betta acostumbran a ser del tipo de depredador de espera, es decir, que se están quietos y escondidos en su zona predilecta a la espera que pase por allí algo comestible. Cuando algo agita la superficie del agua o pasa por delante, se abalanza sobre ello y después de engullirlo vuelve a su posición inicial, esperando el siguiente bocado. En acuario, se acostumbran fácilmente incluso a los preparados comerciales de calidad en forma de escamas, a la presa congelada y los gránulos de tamaño adecuado. Son carnívoros especialistas y se pirran por la Artemia, larvas de mosquito y las especies más pequeñas, también las pulgas de agua. Las especies de mayor tamaño (ver clasificación más adelante) también comen pequeños peces, incluyendo otros Betta. Por descontado, capturarán igualmente cualquier presa viva que les quepa en la boca, sobretodo gusanos y larvas de mosquito.
Al principio cuesta unos días conseguir que estos peces coman, no tanto por los ascos que puedan tener a la comida que se les ofrece sino más bien por su timidez natural. Esta timidez puede ser fácilmente soslayada si al principio se le ofrece gusanos vivos del tamaño adecuado, utilizando algún sistema para evitar que éstos se dispersen en el substrato del acuario.
Dimorfismo sexual y reproducción
Sexar algunas especies de Betta suele ser frustrante, especialmente cuando todavía no han madurado del todo. Algunas especies continúan frustrando incluso cuando son adultas y no hay manera de diferenciarlos hasta que empiezan a criar. Cuando los huevos u óvulos se encuentran maduros, las hembras presentan una protrusión del tubo de deposición en forma de un pequeño nudo blanco redondeado que aparece en el ano. En los machos, si aparece algúna protrusión, ésta es con forma puntiaguda.
Generalmente ambos sexos alcanzan el mismo tamaño, aunque los machos suelen crecer un poquito más que las hembras. También presentan habitualmente la misma coloración, excepto en la época reproductiva. El sistema para diferenciar con un poco de práctica ambos géneros es observando desde la superficie la forma del morro, más redondeada en los machos y más puntiaguda en las hembras. Los machos poseen por lo general unas cabezas más grandes, ya que ellos son los encargados de incubar los huevos. En algunas especies, los machos de mayor edad desarrollan una coloración más intensa, así como extensiones en las aletas impares (dorsal, anal y caudal) diferenciándose de las hembras fácilmente.
Por último, observando el comportamiento de los peces, también podremos intuir el sexo de nuestros peces. Los machos, por ejemplo, sólo levantan la aleta dorsal cuando se exhiben (y por su tamaño, esta aleta alcanza la base de la aleta caudal), mientras que las hembras la mantienen constantemente levantada, plegándola en contadas ocasiones.
La reproducción de los Betta incubadores bucales, como la de todos los peces, es un impulso natural irresistible para ellos. Si no se reproducen, no es porque no quieran, sino porque nosotros, como acuaristas no les ofrecemos las condiciones apropiadas para que lo hagan. En el caso de los peces qu e estamos comentando, estas condiciones no son difíciles de proporcionar. Sólo hay un aspecto que puede inducir a error y a la precipitación. Estos peces maduran tardíamente, en ocasiones con una edad superior al año y algunas especies incluso, dos años. Aunque algunas especies tengan ya la morfología y el tamaño adultos, es posible que aún no estén sexualmente maduros. Para todo ello sólo hay una solución: paciencia.
El acuario para la reproducción de estos peces puede ser el mismo acuario común. Sólo hay que procurar que concurran tantas macetas como peces utilicemos, para que puedan tener así su dosis de intimidad.
Para inducir la puesta pueden utilizarse dos trucos: primero, siempre es mejor tener un grupo de ejemplares y que puedan escoger pareja libremente entre ellos, más que adquirir una única pareja y obligarlos a procrear. ¡Ellos también tienen sus gustos y preferencias! Segundo, lo ideal es acondicionar previamente a los reproductores. Esto quiere decir separar los sexos, si ello es posible, y alimentarlos abundantemente con presa viva variada (gusanos) y presa congelada (quironómidos y Artemia) durante una semana. Tras este período hay que volver a juntarlos y esperar acontecimientos.
Otro sistema que también ayuda a inducir una puesta es un gran cambio parcial de agua con agua más fresca (el mismo truco que se utiliza con las Corydoras). De alguna manera, esta acción simula las consecuencias de una tormenta tropical, lo que induce a los peces a reproducirse. La razón evolutiva de todo ello se explica porque durante los Monzones o durante la estación lluviosa, la disponibilidad de alimento para las crías es mayor. En principio, la puesta debería producirse alrededor de un día después de volver a unir los sexos o bien de haber hecho el gran cambio parcial de agua. Si no se produce al segundo día es conveniente volver a repetir la operación.
El inicio del complejo desove se inicia por parte de las hembras, que escogen el macho preferido, ya sea por su exhibicionismo o por su belleza intrínseca (longitud de aletas, coloración, tamaño,…). Ellas lo tienen claro y acostumbran a echar a otros machos o a las hembras que se interponen. Generalmente, el momento culminante de la puesta, el abrazo, se produce en el interior de una maceta. Se alinean sus cloacas y el macho fecunda los huevos de uno en uno a medida que la hembra los va emitiendo, mientras los retiene momentáneamente en su aleta anal dispuesta en forma de copa, dejándolos caer después al suelo. El macho recoge de uno en uno todos o la mayor parte de los huevos y en ocasiones la hembra lo ayuda, escupiéndoselos en su dirección. Cuando su boca se encuentra llena, él mismo renuncia a coger más huevos, aunque la hembra insista escupiéndoselos encima. Ella se vuelve muy agresiva en esos instantes.
Una vez completada la reproducción, el macho se retira a incubar los huevos. En bastantes especies, la coloración especial que aparece en la cabeza de los machos en el momento de la reproducción, se acrecienta, oscureciéndose aún más. Según la especie se sitúan cerca de la superficie del agua, entre las raíces de las plantas flotantes, o bien se introducen en el interior de una maceta, pudiendo observarse en ocasiones (si es el caso) múltiples machos incubando junto en la misma maceta. Respecto a si se alimentan o no mientras incuban, depende en gran parte de la especie, por lo que el lector deberá consultar las fichas de las especies que desarrollaremos a continuación o bien observar directamente su comportamiento.
El macho dejará escapar sus crías una vez han pasado entre siete y diez de incubación. Para conseguir la máxima supervivencia infantil, se aconseja retirar al macho incubador a un acuario específico para él, relleno de agua del acuario original, hacia el quinto día de incubación (no acostumbran a escupir su descendencia). La decoración consistirá en una maceta invertida, alguna planta flotante y un filtro interior de esponja. El macho debe ser retirado una vez se ha observado que se ha desprendido de sus crías. Nunca vuelven a recogerlas en cuanto las expulsan. Nada más ser expulsados de la cavidad paterna, los alevines se dirigen rápidamente hacia el substrato. Al día siguiente, sin embargo, acostumbran a situarse cerca de la superficie, entre las plantas flotantes. Crecen rápidamente y hay que realizar frecuentes separaciones por tamaños para evitar que los hermanitos mayores se coman a los más pequeños.
Betta albimarginata Kottelat & Ng, 1994 ó incubador de márgenes blancos
Originaria de la cuenca del Sebuku, en Kalimantan Timur, Borneo (Indonesia). Alcanza una longitud máxima de 5 cm. Se distingue de las otras especies de Betta por presentar márgenes blancos en todas las aletas excepto las pectorales. Especie pacífica y tranquila, apta para el acuario comunitario junto a otras especies pequeñas, aunque es preferible mantenerla en acuarios específicos. Como ya se ha comentado en la introducción, a ser posible es mejor mantener un grupo que una única pareja o en su defecto un macho con varias hembras. Su centro de actividad se encuentra en la zona media y baja del acuario. Apta únicamente para acuaristas experimentados.
Acuario de al menos 40 litros de capacidad si hay un único macho. Si se tienen más machos en el grupo es preciso un acuario de al menos 80 litros (aunque en este caso mantener el nivel del agua por debajo de los 30 cm. de altura). Precisa de un agua limpia y clara, lo que supondrá la utilización de un sistema de filtración efectivo. Se puede añadir un poco de turba como carga filtrante. Substrato de arena preferiblemente oscura, con gran densidad de plantas sésiles del género Anubias y alguna que otra raíz, roca y macetas. Plantas flotantes como Riccia para conseguir una intensidad lumínica muy baja y ofrecer refugio a adultos y crías. Las características físico-químicas del agua deberían aproximarse a los siguientes valores: 22-28º C de temperatura, pH 5,5-7,6, dureza 2-16º dGH. Hay que realizar frecuentes cambios parciales de agua.
Especie omnívora con tendencias carnívoras, acepta sobretodo presa viva (microgusanos, nauplios de Artemia, larva roja y blanca de mosquito, enquitréidos y Cyclops) o congelada. Con el tiempo se le puede acostumbrar a los preparados caseros, escamas de calidad y gránulos de tamaño apropiado. Es importante variar el tipo de alimentación y de presa.
Los machos de esta especie presentan una coloración más intensa, presentan un tamaño ligeramente mayor y una cabeza y aletas (dorsal y anal) comparativamente mayores. En todo caso, las hembras grávidas pueden diferenciarse si se les aplica una luz intensa en las gónadas, pudiéndose observar los óvulos. Hay que procurar alimentar bien a los reproductores días antes del inicio de la puesta. La hembra es la que toma la iniciativa en la reproducción acercando su vientre a la cara del macho. Se producen varios abrazos del macho a la hembra hasta que empieza a soltar los huevos. La hembra se preocupa de escupirle a la cara los óvulos para que los vaya recogiendo. Para obtener una mayor producción en la descendencia es mejor retirar al macho incubador a un acuario de cría aparte una vez localizado (ya que normalmente se esconde creca del substrato mientras incuba). El macho incuba las crías entre 10 y 17 días (normalmente 12 días) dependiendo de la temperatura del agua. Emiten finalmente entre 15 y 40 crías. Una vez expulsados, se puede alimentar a los alevines directamente con infusorios y nauplios de Artemia, y tras una semana con nauplios de Cyclops y microgusanos. Crecen muy rápidamente, produciéndose una fuerte dispersión de tallas, lo que obligará al cuidador a separar las crías con menor crecimiento para evitar el canibalismo. A las seis semanas pueden distinguirse los machos de las hembras. A los pocos meses se encuentran en edad reproductiva. Tiene una longevidad máxima de tres años.
Betta foerschi Vierke, 1979 o incubador de Foersch
Especie originaria de la cuenca del río Metaya, sur de Borneo (Kalimantan, Indonesia). Apareció por primera vez en el circuito comercial gracias al Dr. Walter Foersch que la trajo de una expedición en 1978. Alcanza una longitud total máxima de siete centímetros. Existen diferentes variedades según la población (Kubu, Mandor, Pudukuali, Tankiling, Pangkalanbun y Tarantang) y algunas están consideradas especies distintas, aunque aún por describir formalmente. Por ello, es importante no cruzarlas entre ellas para preservar en lo posible su identidad genética. En ocasiones, bajo el nombre de B. foerschi se comercializa en realidad Betta mandor descrita en 2006 por Tan & Ng. Excelente saltadora. Tímida, tranquila y pacífica con otras especies, es apta para un acuario con especies pacíficas de pequeño tamaño (Trigonostigma spp. y Boraras spp.). Habita todas las zonas del acuario. Sensible a los compuestos nitrogenados y a los cambios bruscos del medio. Especie apta tan sólo para acuaristas experimentados.
Precisa de un acuario de al menos 50 litros de capacidad (para una única pareja) con una buena cubierta para evitar que salten fuera del acuario. Para un grupo de estos peces es necesario un acuario más grande, entre 80 y 200 litros. El sistema de filtración debería proporcionar agua transparente y podría contener optativamente cargas de turba. No es necesaria una filtración sobredimensionada ya que esta especie tampoco habita en las zonas de mayor corriente. Iluminación muy poco intensa, que de lugar a un acuario oscuro. Substrato de arena oscura y si se quiere obtener un acuario más natural, se pueden añadir hojas en descomposición sobre el substrato. Como decoración deberá disponerse de una buena cantidad de refugios en forma de raíces, rocas y una gran densidad de plantas sésiles (Microsorium pteropus, musgo de java y Cryptocoryne) y flotantes (sin llegar a saturar la superficie ya que necesita acceder al oxígeno atmosférico), dejando asimismo una buena cantidad de zona libre. Alternativamente, pueden colocarse macetas ladeadas. Las características físico-químicas del agua deberían aproximarse a los siguientes valores: 22-28º C de temperatura, pH 4,0-6,8, dureza 0-10º dGH. Son necesarios frecuentes cambios parciales de agua: numerosos pero de poco volumen cada vez (5-10% diarios).
Omnívora, debe alimentarse de forma variada con presa viva o congelada (pulga de agua, Artemia y larva roja de mosquito). Hay que conocer bien el origen de lo que les damos de comer a estos peces, ya que son sensibles a presas provenientes de aguas contaminadas.Una vez adaptados al nuevo ambiente, se pueden adaptar a la comida de alta calidad en forma de escamas. Tienen tendencia a la obesidad si se les suministra alimento en demasía.
El dimorfismo sexual es bastante aparente, con machos más estilizados, aletas más alargadas y mayor colorido. Se reproducen de forma espontánea en el propio acuario comunitario. Para estimular la puesta se les debe ofrecer una mayor cantidad y variedad de presa viva y congelada que habitualmente. La hembra inicia el cortejo con movimientos ondulantes ante el macho. Los preliminares de la puesta duran en ocasiones varios días. El macho abraza a la hembra mientras ésta mantiene una posición vertical cabeza abajo. Como resultado de esta acción aparecen los huevos que son inmediatamente fecundados. La hembra los recoge con su aleta anal y de allí los captura el macho con su boca. Los machos incuban los huevos entre seis y diecisiete días, dependiendo de la temperatura. Durante este período es preferible retirarlos a otro acuario o bien retirar a la hembra. Se pueden conseguir puestas de hasta 45 crías. Una vez expulsadas de la boca paterna, las crías pueden ser inmediatamente alimentadas con microgusanos y nauplios de Artemia dos o tres veces al día. No es necesario retirar el macho, ya que éste no acostumbra a devorar a su progenie. Las crías precisan de un buen espacio de aire caliente y húmedo en el acuario cuando empiezan a utilizar el laberinto (órgano de respiración aérea accesorio), razón por la cual, el acuario debe encontrarse bien tapado.
Betta strohi Schaller & Kottelat 1990 ó incubador de Stroh
Una especie parecida a la anterior y con la que forma un grupo de especies próximas. Se diferencia de la anterior por presentar bandas verticales y apenas un patrón visible de líneas, mientras que B. foerschi sí presenta líneas evidentes en su patrón de coloración. Es originaria del sur de Borneo (Sur de Kalimantan). Puede alcanzar los siete centímetros de longitud total máxima. Especie pacífica, su actividad principal se encuentra cerca del substrato.
Resulta apta para el acuario comunitario junto a otras especies pacíficas de pequeño tamaño. Se puede mantener como pareja única, aunque es preferible mantenerla en grupo en un acuario de mayor volumen. Únicamente apta para acuaristas experimentados.
El acuario, de al menos 80 litros para una única pareja (200 litros para un pequeño grupo) deberá tener un sistema de filtración efectivo con al menos una carga de turba. Iluminación muy difusa. Tendrá como decoración “cuevas” a base de rocas y raíces, así como plantas densamente arraigadas. Las plantas flotantes son asimismo bienvenidas. Las características físico-químicas del agua deberían aproximarse a los siguientes valores: 22-27º C de temperatura, pH 5,8-6,5, dureza 0-5º dGH. Son necesarios frecuentes cambios parciales de agua.
Omnívora, la alimentación consistirá básicamente en presa viva y congelada, aunque poco a poco pueden irse acostumbrando a las escamas de buena calidad.
El dimorfismo sexual es evidente por la mayor intensidad de coloración de los machos. Al igual que la especie precedente, los machos tienen las bandas de los opérculos de color rojo mientras que en las hembras son doradas. Al igual que en la especie anterior, también pueden observarse los huevos por transparencia si se aplica una luz intensa (con una linterna) en la zona de los ovarios de la hembra. La hembra es la que lleva la iniciativa e inicia los preliminares del cortejo. Lo ideal es retirar el macho del acuario general mientras se encuentra incubando. La incubación dura entre 12 y 17 días, dependiendo de la temperatura.
Betta sp. aff. akarensis Regan, 1910 incubador de ojo grande
Se encuentra ampliamente distribuída por el norte y oeste de Borneo (Malasia, Indonesia y Brunei). Se importó viva por vez primera en 1984. Dada esta amplia distribución, existen diferencias cromáticas entre las diferentes poblaciones de variantes locales. Esta especie puede alcanzar una longitud total máxima de 16 cm. Su actividad se centra en la zona baja del acuario. De temperamento poco tímido, tranquilo y pacífico, este pez debería mantenerse en un grupo de coespecíficos.
También puede mantenerse en un acuario comunitario con especies pacíficas, pequeñas y con requerimientos similares. Unos buenos compañeros podrían ser, por ejemplo, Rasbora pauciperforata, R. dorsiocellata, Trigonostigma espei, T. heteromorpha, Trichopsis pumila y T. vittata. Apta para acuaristas experimentados.
Precisa de un acuario de al menos 100 litros de capacidad para el mantenimiento de una única pareja (un pequeño grupo necesita al menos 120 litros). Filtración potente y efectiva con cargas de turba que proporcione un fuerte movimiento de agua en el acuario. Precisa de una iluminación poco intensa y una buena cubierta para evitar que salten fuera del acuario. Substrato a base de turba y hojas en descomposición.
Decoración a base de raíces, rocas y densa plantación de plantas sésiles y flotantes (musgo de Java y helecho de Sumatra). Las características físico-químicas del agua deberían aproximarse a los siguientes valores: 21-28º C de temperatura, pH 5,0-7,6, dureza 2-18º dGH.
Especie omnívora, debe alimentarse con presa viva o congelada (Cyclops, Artemia y Daphnia), aunque una vez bien adaptado también acepta escamas y tabletas trituradas de buena calidad.
El dimorfismo sexual puede observarse por unos machos con aletas más alargadas (anal y dorsal) y una mayor coloración, sobretodo sobre el opérculo. Las hembras carecen de una banda marginal azul oscura en la aleta anal, que se encuentra presente en los machos de algunas poblaciones. Para inducir la puesta no hay como esperar una baja presión atmosférica al mismo tiempo que se inicia un cambio parcial del 10-20% del agua del acuario consiguiendo que los valores de dureza se bajen por debajo de 3º dGH y el pH por debajo de 6,5. Ambos sexos cambian su patrón de coloración. Durante el cortejo o durante las exhibiciones agresivas, los opérculos de los machos se tornan de color azul oscuro. La hembra es la que toma la iniciativa y el cortejo es largo. El macho abraza la hembra y ésta emite los huevos. Éstos son puestos de tres en tres y son recogidos por el macho sobre su aleta anal, dispuesta en forma de cuenco durante este evento. La hembra los recoge con la boca y los escupe a la cara del macho hasta que éste reacciona y los toma a su vez en la boca. En ocasiones la hembra mantiene estos huevos consigo hasta la siguiente puesta. Se contabilizan entre 60 y 80 huevos que se irán poniendo durante un período aproximado de 12 horas. El macho debe ser retirado del acuario, si la puesta se ha producido en el acuario general, o debe retirarse la hembra, si ambos se encuentran en un acuario de cría, de esta manera hay más posibilidades de que el macho no devore la puesta. El acuario debería ser oscurecido y no debería producirse excesivo movimiento. El macho no se alimenta durante la fase de incubación, que dura entre 10 y 19 días. Una vez son expulsados de la boca paterna, las crías pueden ser alimentadas al instante con nauplios de artemia. El progenitor debería ser retirado inmediatamente y recuperado durante un ppar de semanas con tranquilidad y buenos alimentos. Crecen rápidamente. Tienen una vida media de unos seis años.
Betta fusca Regan, 1910 ó incubador oscuro
Originaria de Sumatra central y del sur de la península malaya. Se importó por primera vez con vida en 1971. Esta especie alcanza los 12 cm. de longitud total máxima, aunque en acuario se queda algo más pequeña (unos 8 cm.). Especie pacífica, apta para el acuario comunitario junto a especies pacíficas de su tamaño. Sólo apta para acuaristas con cierta experiencia. Su área de actividad se sitúa en la zona media y baja del acuario.
Acuario de 100 litros de capacidad para una única pareja (entre 200 y 400 litros para un grupo) con una potente filtración que proporcione agua limpia y una fuerte corriente en gran parte del acuario. Iluminación poco intensa. Decoración a base de raíces, rocas así como una buena cantidad de plantas en zonas marginales y otras tantas flotantes. Se añadirán medias cáscaras de coco o macetas tumbadas para ofrecer refugio a los reproductores. Las características físico-químicas del agua deberían aproximarse a los siguientes valores: 22-26º C de temperatura, pH 5,5-7,0, dureza 0-18º dGH.
Especie omnívora, debe alimentarse con presa viva de todo tipo (larvas de insecto, pulgas de agua, Artemia, lombrices), así como con trozos de pescado, de corazón de bovino. Con el tiempo se acostumbra a las escamas y a las tabletas trituradas de buena calidad
El dimorfismo sexual no es muy evidente, aunque los machos acostumbran a tener las aletas (pélvicas) y la cabeza de mayor tamaño y las hembras son más gruesas. La reproducción es parecida a la descrita en las especies anteriores y se puede producir de forma espontánea en el acuario si el pH se mantiene por debajo de 6. La hembra lleva la iniciativa en el tema reproductivo. Los huevos son recogidos por macho y hembra. Una vez finalizada la freza, es preferible retirar al macho a un acuario de crías. El macho solito se encarga de la incubación, que se alarga entre 12 y 18 días, dependiendo de la temperatura del agua. Una vez son expulsadas las crías de la boca paterna, pueden ser alimentadas con nauplios de Artemia. Presenta una vida media de unos cinco años.
Betta macrostoma Regan, 1910 ó belleza de Brunei
Especie originaria del sultanato de Brunei. Se importó por primera vez en 1980 a los EEUU, y llegó a Europa en 1984. Actualmente, su captura, tenencia o mantenimiento en Brunei está penada. Durante mucho tiempo, los criadores asiáticos enviaban únicamente machos para evitar su reproducción en este continente y mantener la monopolio. Alcanza una longitud total máxima de 14 cm. Los machos son territoriales y bastante agresivos con sus coespecíficos, por lo que deben mantenerse separados o en acuarios muy grandes. Por lo demás, son tímidos y se pasan la mayor parte del tiempo escondidos. Peces delicados y aptos únicamente para acuaristas expertos. Son sensibles a las infestaciones biológicas de todo tipo y también a los medicamentos. Apta para el acuario comunitario junto a individuos que tengan su mismo tamaño: guramis chocolate o Cíclidos pacíficos.
Se precisa de un acuario de 120 litros de capacidad para una única pareja (de 200 a 400 litros si se quiere tener un macho y varias hembras). Buen sistema de filtración, con una carga de turba en su interior, que proporcione constantemente agua clara y una fuerte corriente. Hay que disponer la salida de tal manera que produzca una suave corriente. Se aconseja la introducción de un sistema de UV si no se mantiene el pH por debajo de 4,0. Debe proporcionarse una buena cubierta al acuario, ya que son buenos saltadores y encuentran cualquier resquicio abierto. Acuario con iluminación poco intensa. Substrato de arena y decoración a base de raíces, rocas y una gran densidad de plantas sésiles y sobretodo flotantes. Las características físico-químicas del agua deberían aproximarse a los siguientes valores: 22-27º C de temperatura, pH 3,0-7,5, dureza 0-10º dGH. Hay que canviar diariamente una quinta parte del volumen del agua del acuario añadiendo un medio tonificador al agua nueva.
Especie omnívoro-depredadora con tendencias carnívoras, prefiere el alimento vivo (larvas de insecto, lombrices, mosca del vinagre, insectos acuáticos, peces y crustáceos), que devoran con fruición. Aceptan también presa congelada, sobretodo el krill y alimento seco comercial. Lo único que hay que vigilar es que el alimento no contenga contaminantes biológicos (que se encuentran sobretodo en la larva roja de mosquito y en el Tubifex) ya que son sensibles a las infestaciones bacterianas de dichos organismos. Con el tiempo se les puede acostumbrar a las escamas comerciales (hay unas especiales para betas que son muy apreciadas). Hay que procurar que la dieta sea muy variada.
Los machos dominantes son de mayor tamaño y presentan una coloración rojiza en el cuerpo y en algunas poblaciones éstos adolecen de un ocelo en la aleta dorsal. A las hembras se les puede observar fácilmente los óvulos hinchados con una luz intensa dirigida hacia sus gónadas. Para inducir la puesta es necesario realizar un cambio del 50% del agua del acuario, que baje el pH por debajo de 6. La hembra inicia los preliminares. Hay que vigilar que el macho no mate a la hembra con un exceso de agresividad. A diferencia de las otras especies de Betta incubadores, la puesta tiene lugar en un rincón, cerca de la superficie. El macho abraza a la hembra y fertiliza los huevos a medida que son extraídos. La hembra ayuda al macho a recoger los huevos y se los acerca a la boca para que aquel los recoja e incube. En ocasiones, la hembra se resiste a pasarle los huevos al macho y éste la persigue hasta conseguir que se los pase. Una vez se ha finalizado la puesta, es aconsejable retirar al macho a un acuario aparte de unos 60 litros, ya que los otros Betta macrostoma podrían intentar devorar la puesta que lleva en la boca. Pueden incubar 40 y 80 huevos. La incubación dura entre 10 y 35 días, dependiendo de la temperatura del agua. Una vez los expulsa, es necesario retirar el macho para evitar que devore su descendencia. Sin embargo, al igual que en Betta picta, se han descrito que en ocasiones, el macho vuelve a incubar a las crías durante un tiempo tras haberlas expulsado una primera vez (Schultz 1999). Pueden alimentarse directamente con nauplios de Artemia. La cría no es fácil, produciéndose numerosas bajas. Es importante realizar cambios parciales de agua dos veces al día. La madurez sexual se adquiere a los seis meses de vida. Alcanzan una edad media de tres años, pero sólo son reproductivamente activos durante el primer año.
Betta rutilans Witte & Kottelat, 1991 ó beta de anjungán
Conocida hasta su descripción formal como Betta sp. “Anjungan”, esta especie originaria del oeste de Kalimantan (sur de Borneo, Indonesia). Se importó por primera vez en 1990. Pertenece al grupo de especies de Betta coccina, todas ellas de gran parecido. Algunos autores especulan con la posibilidad de que se trate de variedades geográficas de una misma especie. Sobrepasa los 6 cm. de longitud total máxima. Tímida, los machos son muy territoriales y agresivos entre ellos y con las hembras (éstas son pacíficas). Su actividad se desarrolla en la zona baja del acuario. Apta para el acuario comunitario. Especie apropiada tan sólo a acuaristas expertos.
Precisa de un acuario de al menos 40 litros para una pareja, aunque si se quiere mantener un grupo es necesario un acuario de 80 litros, pero manteniendo siempre una altura de agua inferior a los 25 cm. Buen sistema de filtración que proporcione un agua correcta. Iluminación muy poco intensa. Substrato de turba y con hojas en descomposición. Es precisa la presencia numerosos escondrijos para poder mantener un grupo de estos peces (un macho y varias hembras). Como refugios se puede utilizar medias cáscaras de coco, raíces, rocas y un buen número de plantas sésiles en las zonas marginales así como plantas flotantes. Las características físico-químicas del agua deberían aproximarse a los siguientes valores: 22-28º C de temperatura, pH 4,0-6,5, dureza 0-6º dGH. Deben hacerse cambios parciales diarios del agua del acuario (aproximadamente 10%).
Especie omnívora, acepta en principio sólo presa viva o congelada (larva de mosquito, ostrácodos, hormigas y larvas de efímeras, mosca del vinagre, pulgas de agua, Artemia y gusanos Grindal), pero con el tiempo se puede llegar a acostumbrar a la comida comercial en forma de escamas de buena calidad.
El dimorfismo sexual es casi inapreciable, aunque las hembras presentan un mayor abultamiento ventral en época de cría y tienen un tubo ovopositor visible externamente. Y también pueden observarse los ovarios por transparencia enfocando con luz intensa en la zona ventral de las hembras. Los machos suelen presentar una coloración ligeramente más intensa y unas aletas algo más alargadas (aletas dorsal, caudal y pélvicas). No es extraño descubrir puestas espontáneas aunque acontecen sólo cuando las condiciones de mantenimiento son óptimas. Para inducir la puesta, uno debe centrarse en la alimentación: abundante y variada. Una vez se observen los preliminares de una pareja, ésta debería retirarse a un acuario de cría de 25 litros de capacidad. Esta especie presenta en ocasiones una estrategia reproductiva nidificadota, construyendo nido de burbujas y en otras ocasiones incuba bucalmente. No se sabe con exactitud cómo escoge uno u otro tipo de sistema reproductivo, pero es posible que la intensidad de la corriente en el acuario tenga que ver. Ponen más de 80 huevos. Una vez han desovado, es mejor retirar a la hembra del acuario. Eclosionan entre 36 y 48 horas más tarde y dos días después inician la natación sin saco vitelino a cuestas. Los progenitores no devoran a sus crías, pero aún así es preferible retirar los machos una vez las crías nadan libremente. Las crías deberán alimentarse primeramente con infusorios y después con nauplios de Artemia.
TEXTO Y FOTOS: Ángel Cánovas